Según la Open Knowledge Foundation, los datos abiertos se pueden definir como aquellos datos que cualquier persona puede “descargar, reutilizar y redistribuir libremente, sujetos únicamente, como máximo, al requisito de atribuir y compartir por igual”. Su reutilización por parte de la sociedad, las empresas y emprendedores y el sector público permite generar beneficios económicos, sociales y para la propia administración pública.
En la actualidad, cada vez son más las administraciones públicas que abren sus datos para su reutilización. Para asegurarnos de que los datos abiertos son reutilizables, es necesario que se cumplan una serie de principios básicos, que fueron acordados en una reunión del Open Government Working Group en 2007:
- Completos: todos los datos deben estar disponibles, siempre que no estén sujetos a restricciones de privacidad o seguridad.
- Primarios: los datos deberán estar disponibles en las fuentes primarias, sin haber sido modificados o procesados de ningún modo y con el nivel de granularidad más detallado posible.
- Oportunos: los datos deberán estar disponibles tan pronto como sea posible para conservar su valor y mantenerse actualizados de la misma forma.
- Accesibles: los datos deben estar disponibles sin discriminación para que cualquier persona pueda usarlos, modificarlos y compartirlos para cualquier fin.
- Procesables por máquinas: los datos disponibles deberán estar estructurados de tal forma que permitan ser procesados de forma automatizada.
- No discriminatorios: los datos deben estar disponibles para cualquiera sin necesidad de ningún tipo de registro.
- No propietarios: los datos deberán estar disponibles en un formato que no sea de uso exclusivo de ninguna entidad para evitar restricciones de uso.
- Licencia libre: los datos públicos no estarán sujetos a derechos de autor, licencias o patentes.